EL MICRONACIONALISMO, MÁS ALLÁ DE UN JUEGO.

Alejandro, Emperador del Sacro Imperio De Athérenon

1.         Introducción
Este ensayo pretende exponer de la forma más coherente posible todas las manifestaciones del micronacionalismo formal. Son muchos los que consideran el micronacionalismo como un simple juego en el que alguien inventa una nación y juega a ser Presidente/a, Rey o Reina o cualquier título que profiera un mandato total o parcial sobre un territorio, sobre las personas o sobre ambos.
Sin embargo, pensar que en el micronacionalismo no hay juegos, es sin duda un error, los hay. Hay personas que solamente están jugando. Este ensayo se va a enfocar en las personas que no están jugando a un juego, y he de decir que son la mayoría, pero como suele pasar, el que hace más ruido se hace el protagonista aunque no tenga nada de importancia.
Es mi intención, como micronacionalista y al mismo tiempo como líder de una micronación expresar todos los puntos de vista que conlleva la creación, la manutención y la expansión de una micronación con este ensayo, para que los interesados conozcan los puntos de vista profundos de una micronación seria con su proyecto y para que los detractores entiendan que no es tan sencillo ni tan fácil como aseguran o atestiguan, que sin conocer todos los procesos lo tildan de juego. Procedamos pues al análisis de los conceptos principales que expondré a continuación, conforme yo mismo fui creando mi micronación.
2.         Desarrollo
En primer lugar, cabe destacar que la formación de la idea micronacional surge a raíz de un descontento, a mi parecer, con el sistema actual. Son muchas las micronaciones que basan sus ideas en algo totalmente intangible a día de hoy, como colonizar el espacio y otras que aseguran que tienen 200 millones de habitantes. Existen micronaciones unipersonales y otras con más de 100 personas en ellas. Todo es una pluralidad y a gustos, colores. Sin embargo he de decir, que personalmente, tanto mi persona como el resto de integrantes del SIATH no consideramos algo serio el decir que vamos a conquistar Marte, puesto que es totalmente inviable y no somos de invertir tiempo y esfuerzo en cosas que no se pueden permitir ni las macronaciones más ricas hoy día. Otras, se centran en reclamar ciertas parcelas de tierra como parte de su país, esto lo entendemos siempre y cuando tengan cierto peso real en ellas o bien sean de su propiedad.
Cabe resaltar, que a día de hoy, y nosotros somos una de ellas, son muchas las micronaciones que no reclaman territorio físico alguno, si no que centran sus esfuerzos en la infinidad de Internet.
En cualquier caso, sea de una forma u otra, todas se centran en la expansión de su idea, es decir, son un grupo de personas con unas ideas similares que se unen bajo una bandera o símbolo y crean una serie de leyes para autogobernarse y una serie de cultura para sustentar su existencia. Esto que expongo es equivalente a las antiguas naciones, que se unían bajo una idea con la intención de conseguir un objetivo común,  y es a partir de esa unión donde surge la idea de pertenencia a un grupo y entra en juego la psicología humana.
Por lo tanto, hoy en día, son muchas las personas unidas bajo una misma bandera, bajo unas mismas ideas generales que trabajan diligentemente en sus estados y en las personas que tienen bajo su bandera. Retomando la idea anterior, respecto a que una micronación no es trabajo fácil, vayamos a jugar a un juego, creen ustedes mismos una micronación.
Cuando hablo de micronación, no hablo de “Soy Rey de loquesealandia”, no, hablo de una correcta serie de argumentos que validen tu idea micronacional, es decir, un proyecto viable y tangible. Una vez terminado ese proyecto, deberá encontrar gente que siga sus ideas, pero, ¿quién comparte esas ideas? Al principio de la creación de mi micronación, tuve que trabajar en la creación de una Carta Magna que recogiera los derechos y obligaciones fundamentales de los miembros de la misma, y no hablo de un copia y pega. Al mismo tiempo que la redacción y corrección de la Carta Magna se sucedía, trabajaba en nuestro foro para que fuese llamativo y, sobre todo, que fuese un escaparate fidedigno y formal de las ideas de nuestra nación. Mientras el foro se construía, también tuvimos que trabajar en la creación de logotipos, estandartes y banderas, eso requiere, por un lado de conocimiento y por otro, de tiempo. Si bien es cierto que cualquiera puede coger una bandera de internet y pintarla a su antojo, nosotros, como micronación seria, queríamos algo único que nos identificase, y créanme, pasaron años antes de conseguir una simbología adecuada y muchos años de prueba y error para, finalmente, realizar los trabajos digitales lo más eficientemente que nos fue posible.
Al mismo tiempo que el foro, las leyes y la simbología se iban desarrollando, hubo que trabajar en las redes sociales y tuvimos que estudiar las formas de expansión de nuestra nación. Una vez finalizado todo esto, debíamos exponer al mundo exterior nuestra idea de micronación y ser aceptada, respetada y reconocida, algo que no todos logran, puesto que muchos proyectos que veo carecen de todo lo que he comentado anteriormente, pues, sin ni siquiera escribir bien, pretenden alegar una nobleza y una superioridad anómalas, tanto de sus dirigentes como de sus idilios, y los llamo así porque no usaré el termino micronación para referirme a ellos nunca más en este ensayo.
También debe entenderse que toda micronación es una organización que ha reunido a  un grupo de personas para conseguir un objetivo común, objetivo que, tras conseguirse, cambia y se hace más y más ambicioso, lo cual no difiere mucho de cualquier empresa. Por tanto, debemos a veces mirar a la micronación, desde mi punto de vista, como una empresa. Así mismo, toda micronación debe tener una jerarquía clara para agilizar todo tipo de procesos, de forma que sea eficiente, es decir, por un lado la atención a las redes sociales que al crecer la micronación requiere de más tiempo para atenderlas, los constantes cambios internos que se producen, la gestión de las webs, foros o blogs, la creación de nueva simbología, la creación de nuevos tratados a veces en lengua extranjera que requiere de dominio de idiomas y ya les advierto, redactar un tratado en una lengua que no es la suya, además de en la suya propia, que sea correcto, lógico y bien estructurado no son diez minutos.
Adicionalmente, una micronación busca financiación para sus proyectos, al igual que una empresa, busca poder y apoyo político que le brinde un estatus, que se traduce posteriormente en poder de negociación, de nuevo, como una empresa, requiere de personas competentes que mantengan todo el proyecto a flote y en activo, además, de gestión de conflicto, tanto a nivel interno como externo. Por tanto, de nada sirve tener actividad micronacional una vez cada dos meses, eso no es una micronación, eso es un idilio, uno frustrado por la incompetencia de su creador al no saber llevar su proyecto cada día más y más lejos.

3.         Conclusión
Finalmente, aunque me dejo muchos conceptos en el tintero, puesto que podría escribir un texto más largo y detallado sobre multitud de aspectos, me limito a resumir lo siguiente: La micronación es un proyecto social, ideológico, político, religioso y económico, que requiere de unas bases lógicas y tangibles, así como de personal que la impulse y la gestione. Así mismo, hay que destacar que ese proyecto puede estar nutrido desde muchas fuentes, por ejemplo videojuegos de cualquier tipo de plataformas, organizaciones benéficas e incluso sectas religiosas. Si después de leer este ensayo aún cree que la micronación es un juego, obviamente con los parámetros que expongo, le invito a jugar entonces y adherirse a nuestros proyectos. La principal diferencia que existe entre un juego y un proyecto, es que el juego te divierte, y cuando te aburras, cierras la partida, no pierdes nada, salvo el tiempo invertido, por otro lado, la micronación requiere de una inversión de tiempo que no muchos tienen o están dispuestos a invertir.