EL MICRONACIONALISMO; DE LO BIZARRO A LO REAL.

 

Agradecimiento especial a la República de Rino Island por convocar e invitar a los ciudadanos del Gran Ducado de Torrego a la 2da edición de “Revista Micronacionalismo”.

 

Para muchos, el micronacionalismo, es decir y según mi interpretación, pretender crear una nación independiente a partir de la nada, es algo descabellado.

El hecho de que existan miles de micronaciones y que ninguna posea reconocimiento internacional (obviando el de otras micronaciones) les resta legitimidad. Además, la extravagancia de unas y lo irreal de otras no ayuda a que el micronacionalismo sea tomado con seriedad por las personas ajenas al movimiento.

Efectivamente, reclamar territorios inexistentes, en la Luna, en Marte, etc… difundir noticias falsas (o más bien de fantasía), inventar guerras e historias épicas con la pretensión de hacerlas pasar por reales, pretender gobernar sobre millones de habitantes que no te reconocen (o solo viven en un mundo virtual), es extraño, hilarante y hasta ridículo para muchos.

El hecho es, que cada quien puede crear una micronación (hasta un infante), y por lo tanto decidir el rumbo que esta tomará y si se tomará el proyecto como un juego o como algo serio.

Y en este punto muchos se preguntarán: “¿Cómo es posible tomarse en serio una micronación?” La pregunta es válida, sobre todo por lo dicho anteriormente y es que, si se pretende crear un Estado nación con reconocimiento internacional a partir de nada, por más en serio que te lo tomes probablemente no lo lograrás, ninguna micronación lo ha logrado (la que ha estado más cerca es el Principado de Sealand).

“¿Entonces, no sirve? ¿Es sólo un juego?” Pues no, en todo caso no totalmente. Si tu objetivo es crear un auténtico país como los que son miembros de las Naciones Unidas (ONU), pues sí, lo más probable es que tus esfuerzos sean en vano. Pero crear una micronación sin pretender ser como estos Estados puede ser una actividad seria y entretenida a la vez. Y es que, algunas micronaciones pueden funcionar como un excelente simulador político, ayudando a comprender, a escala reducida, como es que surge y funciona un Estado.

En efecto, al crear una micronación y conforme vayas avanzando en tu proyecto, te darás cuenta que este empezará a compartir cada vez más características con un Estado nación, por ejemplo, tendrás una forma de Gobierno y posiblemente una Constitución Política donde se encasillará la acción de futuras instituciones como Ministerios, Juzgados, Parlamento, la jefatura de Estado, etc…

De igual manera, al entablar amistad y vínculos con otras micronaciones, verás nacer en tu Estado una creciente institución diplomática (normalmente bajo forma de Ministerio de Relaciones Internacionales), la cual encargará de establecer tratados e integrar organizaciones intermicronacionales, porque sí, al igual que las “macronaciones”, las micronaciones también tienen organizaciones internacionales (¡incluso una versión reducida de la ONU, la OMU!).

De la misma forma, si consigues un número importante de ciudadanos es posible que se creen instituciones tales como partidos políticos para que puedan participar en la vida política. También, tarde o temprano tendrás uno o varios portales de prensa en tu Estado, que pueden ser oficiales (del Estado) o de ciudadanos.

Moneda propia, fiestas nacionales, himno, Constitución, monarquía, democracia, partidos políticos, etc… las posibilidades para tu micronación son infinitas, solo tu empeño y el de tus leales ciudadanos pueden hacer que se convierta en algo más que un juego, sino en un proyecto serio y durable.

 

Gonzalo I de Torrego